27.11.06

El blog de mi hermano...

Visiten el blog de mi hermano Roberto Zaragoza, La Cueva del Lobo, tiene cosas interesantes. Y una novela donde apareceré en una pronta entrega yo (El ego es grande jajaja). Esto es mera publicidad.
http://zagra-matatrolls.blogspot.com

Rodrigo.

Te regalé la luna

Un poema que escribí hace poco, en realidad no sé porque los pongo aquí...jajaja nadie los lee. Supongo que es por eso.
Te regalé la luna amor
Y tu me regresaste dolor
Te regalé la luna amor
Nada de lo que dijiste se cumplió
Te regalé la luna amor
Con cada pieza de mi corazón
Te regalé la luna amor
Y uno que otro verso apasionado
Te regalé la luna amor
Con la pieza más infinita de mi alma
Te regalé la luna amor
Y la desdeñazte y desechaste
Te regalé la luna amor
No hace mucho tiempo que lo hice
Te regalé la luna amor
Una lágrima de miedo y otra de amor
Te regalé la luna amor
Extraño tu pasión
Te regalé la luna amor
Esa que algún día brilló
Te regalé la luna amor
Más la desaprovechaste y desperdiaste
Te regalé la luna amor
En una noche hermosa de pasión
Te regalé la luna amor
En cada caricia, en cada beso
Te regalé la luna amor
Me rompiste y sacudiste
Te regalé la luna amor
No encuentro consuelo en mi dolor
Te regalé la luna amor
En una ilusión
Te regalé la luna amor
No hay odio en mi interior
Te regalé la luna amor
Sólo existe este dolor
Te regalé la luna amor
Y tú siempre añoraste más
Te regalé la luna amor
Y mi ente desapareció
Te regalé la luna amor
Ya no existe más este dolor
Te regalé la luna amor
Más mi vida nunca terminó

15.11.06

Capítulo 5: Ophiel

Yo soy Ophiel, uno de los seis guardianes del infierno, he existido desde el Principio de los Tiempos aquel que fue condenado por el Máximo Creador a ser expulsado del paraíso debido a mi arrogancia. Uno de los más excepcionales demonios que existen, he aterrorizado a la humanidad desde que ganamos control sobre el mundo humano en el cual ahora podemos actuar libremente y atormentar a sus sociedades y sus libertades. Como uno de los seis guardianes, comando ejércitos infernales llenos de almas condenadas y demonios inferiores.
Mis memorias son bastas y mi rencor hacía el Creador se ha ido incrementando con las eras. Jamás olvidaré aquél momento en el que mis hermanos y yo fuimos condenados al horrible lugar que hemos llamado hogar desde entonces, el infierno.
Desde ese entonces sólo añoramos venganza contra el Creador, hemos querido aplastarlo y destruírlo para siempre. Nuestro plan ahora tiene forma pues hemos encontrado la forma de inmiscuirnos en el mundo de su especie predilecta, a la que había creado a su imagen y semejanza y había dado alma, los seres humanos que políticamente había resuelto sus diferencias y en ese momento estaba en paz, era el año del 2466, la Unión de Naciones había triunfado y por fin las guerras habían parecido acabarse. Sin embargo, la anarquía y el comportamiento hedonista de sus habitantes los condenó. Para mi Señor fue muy fácil tentar los corazones de los humanos con falsas verdades e ideas de poder. Haciendo que el Creador ya no tuviera control sobre su creación predilecta y dándonos acceso al mundo de los humanos, aunque sin poderes sobrenaturales y por un tiempo limitado. Sin embargo, este tiempo lo utilizamos para tentar las pasiones y deseos de los líderes humanos prometiéndoles lo único que anhelaban más, poder. Desde luego que está promesa sólo fue cumplida a algunos de éstos, los que de verdad merecían tener los poderes que nosotros les podíamos otorgar. Algunos se han convertido en generales de nuestro ejército. Los demás fueron eliminados ya que tarde o temprano morirían y debido a que sus almas fueron tentadas por mi Señor y se volverían en peones de nuestro ejército al ya no tener uso en el mundo terrenal.
A los seis protectores de las puertas del infierno se nos envío a tentar a los líderes religiosos, lo cual fue demasiado fácil en la sociedad anarquica de los humanos. Sólo deseaban poder y se los dimos. Esto ayudó a que la influencia del Creador sobre los humanos fuera casi nula y nos dio acceso total a su mundo. Ellos nos ayudaron a poder establecer un portal entre el infierno y el planeta Tierra, ingenuos. El mundo era un caos para el año 2467, la humanidad se sucumbía ante nosotros, parecía que en poco tiempo los humanos pasarían a extinguirse, pero no contábamos con su astucia y sus estúpidas invenciones, los rebeldes, que luchaban más por sí mismos que por el Creador, crearon un arma capaz de dañarnos y abstenernos de nuestra inmortalidad. No sé como es que funcione y en realidad no me interesa pero lo más importante será exterminarlos ahora que son pocos, pues de lo contrario puede ocurrir una catástrofe para nosotros si sus avances tecnológicos siguen incrementandose. El único riesgo es que su mundo y el nuestro se unen por el portal que lleva a las puertas del infierno que son resguardadas por mis cinco hermanos y yo. Sólo destruyéndonos podrán abrirlas, dudo mucho que lo logren; pero las leyes del infierno son claras: “quien destruya a un guardián se convertirá en el nuevo guardián y sólo a un demonio creado en el mismo infierno, a un alma tentada por el mal y a un guardián se les permite cruzar las puertas del infierno” .

9.11.06

Odio a los amantes

Es un poema que escribí recientemente en un momento de melancolía...espero les guste

Odio a los amantes
Con sus besos y caricias
Con sus melancolías
Y delicías escondidas
Odio a los amantes
Pues en ellos veo algo que ya no poseo
En sus quereres, en su tristeza
En su alegría
Odio a los amantes
Pues ya no soy como ellos
Ya no los comprendo
Ya no los tolero
Odio aún al más frío amante
Porque tienen todo lo que necesito
Un beso y un abrazo
Una sonrisa y aquel gestillo
Que me miraba y me guardaba
Incluso en los días más tristes
Que me aguardaba y cuidaba
En los días hostiles
Odio incluso a mis propios padres
Poseedores del apoyo y la dulzura
Que sólo un amor asegura
Mi recuerdo diario
Mi recuerdo amargo
De lo que tuve y ya no tengo
De lo que tuve y aún deseo
Odio a los amantes
Pues sino existieran ellos
Yo dejaría de decir te quiero.

Capítulo 4: Preparándose para la misión

-Héctor debo confesar algo, pues sino lo hago me sentiré bastante mal- Ricardo sollozó, soltó una lágrima y continuó.
-Jamás había amado a nadie tanto como amé a Andrea, era mi único tesoro y ni siquiera tuve la oportunidad de decirle adiós...todo fue tan repentino, sin ella mi vida no tiene sentido, es como querer que me sontenga sin extremidades me sentí inútil cuando la vi morir...simplemente no podía hacer nada, la guerra no es para mí pero si esta es la manera en la que encontraré a Ophiel, sí ese era su nombre aquel que mató a mi Andrea. Lo encontraré y me vengaré, es mi último deseo en vida.-
Héctor se quedó mudo por unos segundos, estaba confundido. Era uno de aquellos momentos en que alguien se confesaba con él. Por fin respondió: “No te preocupes tal vez hallemos al demonio que terminó con tu esposa ya lo verás lo encontraremos y eliminaremos. Así sea en las puertas del mismo infierno.”
-Eso espero- replicó Ricardo inmediatamente.
Interrumpiendo la plática se escuchó un portazo, era una mujer desconocida para Héctor y Ricardo. Era Chantal, desesperadamente requirió su ayuda: “Hey, ustedes dos los necesitamos para la siguiente misión, alistense saldremos en 20 minutos”.
Ricardo y Héctor se vieron obligados a posponer su plática y a prepararse para la batalla. Al contrario de Héctor, Ricardo nunca había entrado en combate.
-Sabes, soy virgen en este aspecto de la guerra, sólo he tenido el poco entrenamiento que recibí al iniciar- dijo Ricardo al preparar las municiones de su pistola de mano.
-Ja, puedo notarlo en el tiempo que te tardas en recargar tu arma, además en el campo de batalla el entrenamiento no sirve para nada, todo es cuestión de suerte y destino no sabes que te tocará, pero eso sí puedes garantizar tu muerte al ir en primera fila, dicen que es heroico; yo digo que es estúpido, sin embargo no puedo dejar de admirar al escuadrón voluntario que toma el trabajo- replicó Héctor terminando de preparar su equipo.
Los dos colgaron su equipo en sus espaldas y se prepararon para salir y encontrar a Chantal y a Vincent.
Después de caminar un rato visualizaron a los dos miembros de élite y a otro cabo como ellos esperándolos para partir.
¡Cabo Héctor Azagra reportándose señor!, ¡Cabo Ricardo Valenciano reportándose señor!-exclamaron al arrivar al lugar en el que se encontraban Vincent y Chantal.
-Muy bien creo que somos todos, es hora de salir a cumplir la misión de hoy, sé que no están familiarizados con ella pero hemos sido asignados a acabar con un demonio que actualmente se encuentra en el sector siete de nombre Ophiel, es uno de los seis demonios protectores del infierno, no será nada fácil pero debemos completar la misión si queremos darle un halo de esperanza a la humanidad y no contamos más que con la tecnología y nuestras manos para hacerlo, la general Chantal les explicará como lo haremos en el camino pues no hay mucho tiempo, los demonios son muy rápidos y si dejamos que avance su ataque destruirá más pueblos así que vamos- explicó Vincent a los cabos mientras daba la vuelta para dirigirse al vehículo, fue interrumpido por Ricardo.
-Con todo el respeto señor, Ophiel es un demonio muy fuerte no creo que tan sólo cinco hombres podamos con él, destruyó mi hogar y asesinó fríamente a mi amada y a todos los que vivían ahí, le guardó demasiado rencor pero simplemente...- Ricardo no pudo terminar de hablar debido a que Delacroix lo interrumpió diciendo: “Entonces ya tienes un motivo para querer asesinarlo y no morir en el intento, además no te gustaría quitarle a nuestros otros frentes hombres que ya de por sí son pocos, además sólo es un uno y nosotros cinco, estaremos bien”.
Ricardo calló y quedó con un rostro que mostraba angustía y a la vez enojo, resultado de la pronta confrontación con Ophiel aquel demonio que tanto añoraba combatir y destruir de una vez por todas.
-Cabo, deja de pensar y vámonos- gritó Chantal a Ricardo que aún no salía de su meditación. Éste al escuchar sus palabras reaccionó y subió a la nave que los llevaría a su destino.